jueves, 3 de septiembre de 2009

sueño


Hoy soné que llegaba a un lago de agua salada, con el coche y amigos y me tiraba vestida al agua. Con uno de estos saltos en los que sientes que el tiempo se para antes de caer al agua y el estómago sube y baja antes de tocar la superficie. Una vez dentro del agua sentí que mi cuerpo caía succionado hacia abajo, burbujas, azul claro que se aleja, la corriente imposible de contener y el cuerpo que pesaba tanto que apenas podía moverme por la ropa que llevaba puesta, y me encontraba rapidísimo abajo, en el fondo, en un estado semiinconsciente en el que pensaba, bueno, te has ahogado, ya está, que bellas las imágenes que has tenido hasta aquí en tu vida, pasando rápido; como es de silencioso todo, el azul que te rodea, tan al fondo, quebrándose la luz en infinitos prismas que cambian los tonos del claro a oscuro, y justo cuando me estaba quedando sin aire y el pelo me cubría la cara y apenas tenía fuerzas para mirar, vi aparecer estos chicos nadando, buceando en dirección hacia mí, piel morena, shorts hechos con jeans cortados como bañador. chicos del lugar, de los que son medio anfibios al criarse junto al agua y me agarraban del fondo y tiraban hacia arriba llevándome con ellos. Al salir a la superficie mi vestido se había abierto y me sentía desnuda, no juegues con las corrientes aquí, son demasiado fuertes para ti, me dijeron al salir. Al fondo un volcán, podría estar perfectamente en Guatemala o Ecuador. Y unos minutos más tarde encontrarme con la gente con la que se suponía había llegado allí y desde el fondo los observaba, ausente, con mi vestido empapado, sentada en un sofá con una sudadera con capucha que me cubría el pelo todavía mojado y la mente se me iba al azul del agua y la forma en la que había tenido la naturaleza de arrastrarme hacia adentro hasta que llegaron ellos a recogerme. A devolverme a la vida.
El azul infinito. Rompiéndose con pequeñas burbujas de aire.

Una vez despierta bajé al río como siempre. Tomando el sol escucho un estruendo bien fuerte, como de alguien que cae al agua desde muy alto. Un grupo de adolescentes se habían subido al Mariannen Brücke, a unos 8 metros de distancia del agua, y se tiraban desde la barandilla. No lo podía creer. El miedo inconsciente que había aparecido en el sueño podía, a día de hoy, quitármelo de encima repitiendo el sueño pero esta vez estando despierta.
Y lo hice.
Me subí al puente y me tiré desde lo alto al agua, sin apenas pensarlo, casi detrás del chico al que había visto hacerlo hacía poco antes. Una caída al vacío total y absoluta donde el agua parecía que nunca llegaba, nunca llegaba; el estómago en la garganta y los segundos que parecen eternidades estancadas hasta que de repente ploooooooffff, te golpea la llegada a la superficie. el verde buceando y salir, la adrenalina por respiración.
Llegué nadando a la orilla, riéndome para mí.
Un miedo menos.

Es maravilloso poder confrontar el inconsciente una vez estás despierta.
Surrealista.

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